La sal del mar escuece en los ojos y yo siempre he sido de abrirlos debajo del agua, no sé si me entiendes.
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jueves, 25 de junio de 2015
Llámame antigua
Llámame antigua,
pero las rosas y las cartas no pasan de moda.
Llámame antigua,
pero a mi que no me falten tus sonrisas ni las camas con pétalos.
Llámame antigua,
pero que nunca acabe lo romántico ni los besos en el cuello.
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