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jueves, 28 de enero de 2016

Tan rota como Roma, pero más bonita que París

miércoles, 27 de enero de 2016

Notas de corte

Los adultos no creen que podamos tener estrés.
Yo tengo apuntados 26 exámenes en la agenda, y 17 de ellos son de aquí al 17 de marzo.
Se avecina una semana de vacaciones, y se supone que debería descansar, pero es que a la vuelta tengo un acumulo de exámenes finales en los que me juego el trimestre.
Me jode bastante que todos los profesores me digan "yo también tuve que pasar por eso y pude seguir adelante"
¿Entonces lo que nos quieren decir es que bachillerato es una especie de selección de personas que puedan soportar una gran presión?
¿Sólo podrán seguir adelante aquellos capacitados para estudiar 12 horas diarias sin sufrir ningún tipo de consecuencia?
¿Acaso su objetivo es exprimirnos al máximo para ver cuánto podemos resistir?
También me jode muchísimo que tengamos que 'trabajar' la materia porque si nos lo dieran todo hecho sería demasiado fácil.
Voy al instituto para que los profesores  (cuya tarea es facilitarnos el trabajo) me enseñen algo concreto, no para tener que pasar horas en mi casa buscando en páginas poco fiables de Internet la materia de la que voy a tener que examinarme.
Sino necesitara asistir 6 horas diarias a clase ya estaría presentandome a unas oposiciones por mi cuenta.
Se considera que no podemos tener depresión por ser adolescentes. Sin embargo, nos consideran lo suficientemente adultos para escoger a qué queremos dedicarnos el resto de nuestra vida.
Pero ni se os ocurra contar nada de ésto a un adulto. Se reirá en vuestra cara tras decir que trabajar 8 horas al día, pagar facturas y llevar una casa adelante sí que es estresante.
Tal vez nuestra situación cambie cuando los adultos se den cuenta de que nuestros problemas son diferentes a los suyos, pero nos afecta de la misma manera.
Tal vez cuando se den cuenta de que ellos también fueron seleccionados de la misma manera que nosotros. Tal vez cuando se den cuenta de que el sistema educativo no premia a las mentes brillantes, sino a las resistentes capaces de memorizar más en menos tiempo, que nosotros no vivimos, simplemente estudiamos, porque en nuestro querido país es necesario ser mejor que todos los demás para poder dedicarte a algo que te guste.
Al fin y al cabo, todos somos números. Números de notas de corte.

SM.

domingo, 24 de enero de 2016

Son los pequeños detalles los que marcan la diferencia.
Son los besos robados, las sonrisas después de las lágrimas, lo abrazos de reconciliación.
Son los susurros, las caricias, y las miradas.
Son esas ganas locas e incontrolables de seguir luchando aún cuando hay tormenta.
Son minutos, días e incluso años.
Son formas de amar, locamente, pero de verdad.

SM.

sábado, 23 de enero de 2016

Ella tenía demasiados sueños para tanta realidad

SM.

lunes, 18 de enero de 2016

Se pierden muchas cosas por miedo a perder

-A ver cuéntame qué fue de aquella chica.
+¿ De esa loca, orgullosa, celosa, mosqueona y arisca?
- Hablando así de ella me pregunto cómo pudiste soportarla.
+ Porque esa chica era increíble, sus celos me volvían loco, me encantaba esa cara de niña que ponía cuando se enfadaba. Ella era de las que te mandaba un mensaje a cualquier hora, a las 3 de la tarde o a las 5 de la madrugada, y joder... sino le contestabas... mejor ni te cuento como se ponía.
- Entonces, ¿qué os pasó? ¿ella se cansó de ti?.
+ No, para nada. Fui yo, el que tuvo miedo de enfrentarse a sus locuras, su carácter y su forma de ser. Y encontré a otra que me dio paz y tranquilidad.
- Ah, ya sé de qué va ésto. Te dio miedo luchar por lo difícil, y decidiste apostar por lo fácil.
Y bueno, ¿qué sabes de ella? ¿está con alguien?.
+No, no está con nadie. Ella sigue igual de guapa, con esa sonrisa capaz de enamorar a cualquiera que se le cruce por el camino, igual de loca, como siempre. Bailando por las calles con sus amigas.
Lo que más me duele, es cuando pasa por mi lado y me sonríe como si nada hubiera pasado.
Me atrae la persona con la que estoy ahora, pero ella... Ella es inolvidable. Me imagino qué hubiera pasado si hubiese seguido con ese huracán de chica.
Cuánto daría por tenerla aquí aún que fuese para discutir. Y lo peor es que tengo miedo
-¿miedo a qué?
+Miedo a que alguien descubra lo increíble que es, que alguien le heche los cojones que a mi me faltaron para quedarse a su lado. ¿Y sabes qué? Me he dado cuenta de que se pierden muchas cosas, por miedo a perder...

SM.

domingo, 17 de enero de 2016

Intento no desmoronarme y mantener la compostura cada vez que alguien me pregunta por ti.

SM.

jueves, 14 de enero de 2016

Días en los que sólo necesito que me sonrías me abraces y me digas que todo va a salir bien.
Días en los que me doy cuenta que eres más que un simple amor, que no eres de esos pasajeros.
Que querer consiste en levantarse después de cada caída.
Y perdonar es volver a ver el brillo en los ojos.
Gracias por saber entenderme aún cuando nadie era capaz de escucharme.
Te echo de menos, pero eso es costumbre.
Te quiero, y lo repito aún que ya lo sepas.

SM.

martes, 12 de enero de 2016

Que ésto de querernos va para largo

Nunca seré capaz de explicar la razón por la cual nace en mi esa necesidad constante de tenerte cerca.
Ese ansia por rozar tu piel, por sonreirte, por mirarte a los ojos aún sabiendo que me voy a perder.
Es irónico...
Es ridículo...
Ésto del amor dispara fuerte.
A veces es dulce, otras reconfortante, hasta que se vuelve amarga.
Nunca sabes lo que es tener el corazón roto hasta que sientes punzadas en el pecho con el simple hecho de recordarle.
Y esa angustia constante al darte cuenta que la única forma capaz de aliviar el dolor es tenerle cerca.
Siempre fui enamoradiza, siempre soñé con encontrar al principe perfecto.
Y jamás supe lo que era el amor hasta que te cruzaste por mi vida.
Llegaste, para poner mis ideales patas arriba, para enseñarme el verdadero sentido de las sonrisas, las cosquillas constantes en el estómago, el dolor tras los rechazos, el deseo de rozar nuestros cuerpos, la sabiduría de un cruce de miradas...
Desde que te vi supe que serías tú quien me volvería loca cada noche con tus enfados y caprichos.
Sabía también que sería yo la que te sacaría de tus casillas con mis berrinches de niña.
Dejemos el orgullo aparte, miremonos a los ojos y dejémonos llevar.
Que ésto de querernos, va para largo.

SM.

lunes, 11 de enero de 2016

Cada tormenta necesita su calma

Y yo, personalmente creo que el amor consiste en eso. En enamorarse de los detalles, de las manías y los defectos.
Y así fue como consiguió volverme loca.
Esa risa tan suya capaz de hacerme olvidar de todo.
Sus ojos verdes, y sus miradas intensas.
Su forma tan peculiar de caminar excesivamente rápido, y de quejarse constantemente de que yo voy demasiado lento.
Sus bromas, cuya finalidad es alterarme.
Sus manos perfectas y sus 'yo nunca llevo reloj'.
Su cabezonería y sus enfados, capaces de sacarme de mis casillas.
Esos '¿dónde comemos hoy?' Seguidos siempre de un 'no sé'.
Eso de 'vamos a ver una peli' aún sabiendo que nunca la terminaremos de ver.
Esa manía suya de mirar cada moto que pasa, y de criticar el modelo.
Esa rabia constante cuando me disgusta mi físico.
Eso de tenerlo todo completamente ordenado, y así sentirme un desastre.
Él es calma mientras yo soy huracán.
Y sé que somos diferentes, que le saca de quicio mis ganas de quedar por encima, mi desorden absoluto, mis enfados de niña y mis 'eso ya lo sabia'.
Pero así nos enamoramos, así enloquecimos hasta no poder llegar a vivir el uno sin el otro.
Porque cada tormenta, necesita su calma.
Y yo, nací por y para él.

SM.

viernes, 8 de enero de 2016

Depresión

Depresión no es siempre llorar bajo la ducha mientras se te corre el rímel y escuchar canciones tristes en la cama. A veces, es pasarte días sin querer hablar con absolutamente nadie, y otras veces es necesitar estar rodeada de personas constantemente. A veces, depresión es no tener hambre aún que lleves días sin comer, y otras, en cambio es comerte todo lo que hay en la nevera.
Depresión no es que tu novio te abrace y te diga que todo va a salir bien,  es estar sentada en la mesa en frente de él sin comer, y que te pregunte constantemente qué te pasa, sabiendo que le estás arruinando la tarde porque no eres capaz se ser feliz por un minuto.
Es el sentimiento de frustración por querer desesperadamente pasártelo bien y ser normal por una vez. Es mantener tus problemas en secreto porque no quieres que los que te quieren sufran por ti, es no querer que la gente te mire como si estuvieras rota.
No, depresión no son bonitas imágenes en blanco y negro. Depresión es soledad, es frustración y estar la mayoría del tiempo exhausta,es quedarte sola cuando más gente necesitas a tu lado.
Es pasarte las noches en vela llorando por todo lo que has perdido.
Es el infierno.
Es una muerte lenta, pero asegurada.

SM.

¿Puede ella hacer que tu corazón lata más deprisa de lo que yo podía?

Y cariño, desde que te fuiste, ya no he vuelto a sentir mi corazón latir, ya no siento aquella adrenalina recorrerme el cuerpo, tú te marchaste con todo eso.

SM.

jueves, 7 de enero de 2016

Me miras, y se me detiene el tiempo

Te he visto y te juro que se me ha detenido el tiempo, todo a cámara lenta y sólo puedo sentirnos a ti y a mi. Casi te rozo, casi salgo corriendo a tus brazos, casi salto los escalones que nos separaban para poder abrazarte una vez más. He estado a punto de hacerlo. Hoy me han preguntado qué es el amor verdadero, y yo lo único que he podido hacer, con un nudo en la garganta ha sido sonreír. No he podido evitar pensar en ti, porque para mi, tú eres la definición de ésa palabra. Siempre dije que sino era contigo, si ésto no funcionaba, no volvería a quere buscar el amor, no volvería a creer. Porque sino es contigo, no existe. Qué difícil es decirte adiós después de habernos querido tanto. Has dejado que abra la puerta, me has dejado marchar y ni siquiera me has detenido. Lo único que solíamos detener tú y yo era el tiempo. Y ahora eres tú quien no quiere seguir deteniendo los minutos a mi lado. Sé que va a ser un cambio duro y difícil, llevas mucho tiempo en mi vida y no sé lo que es no tenerte. Yo que deseaba empezar cada año a tu lado. Yo que siempre creí en nosotros. ¿Y sabes qué es quizás lo peor? Que sé que tú vas a poder con todo, que sé que tú eres fuerte, que vas a estar bien, que no me necesitas tanto como yo a ti. Y yo en cambio... Te voy a estar esperando toda la vida. Estés con quien estés, esté yo con quien esté, pase lo que pase y pese a quien le pese. Será que he visto demasiadas películas americanas, y eso de encontrarnos con el paso del tiempo y volver a enamorarse es posible. Yo sigo creyendo en nuestro pequeño infinito. Y perdón, perdón por perder los papeles cuando me sacas de mis casillas, per decir barbaridades, por intentar defenderme. Perdón por no ser lo suficientemente buena para ti. Lo siento. A lo mejor sólo necesitamos tiempo, separados, sin saber el uno del otro. Y quizás así podamos volver a encontrarnos. Porque te aseguro que mi futuro eres tú y rezo porque en éste tiempo no llegue ninguna a ocupar mi hueco. Porque hueco es el que te hago cada noche esperando a que vuelvas. Tatuaste con tu piel un infinito en mi espalda. No quiero ni puedo perderte. Ni perdernos.
PD: Te quiero.

SM.

miércoles, 6 de enero de 2016

Hay días en los que pienso que nací con el corazón roto.

La de la mala suerte

Abriste una ventana despertando una ilusión 
Cegando por completo mi razón 
Mantuve la esperanza conociendo tu interior 
Sintiendo tan ajeno tu calor 
Probé de la manzana por amor 

Quiero ya no amarte y enterrar este dolor 
Quiero que mi corazón te olvide 
No ser como tú, quiero ser yo la fuerte 
Solo te he pedido a cambio tu sinceridad 
Quiero que el amor al fin conteste 
¿Por qué siempre soy yo la de la mala suerte? 

Vienes, me acaricias y te marchas con el sol 
Me duele solo ser tu diversión, no 
Dices que me amas, que no hay nadie como yo 
Que soy la dueña de tu corazón 
Pero alguien más está en tu habitación 

Quiero ya no amarte y enterrar este dolor 
Quiero que mi corazón te olvide 
Quiero ser como tú, quiero ser yo la fuerte 
Solo te he pedido a cambio tu sinceridad 
Quiero que el amor al fin conteste 
¿Por qué siempre soy yo la de la mala suerte? 

No, no pasa nada si el amor no es perfecto 
Siempre y cuando sea honesto 
Y no, ya para que pedir perdón, no es correcto 
No puedo compartir lo que no se me dio 
No soy la dueña de tu corazón 
Yo soy quien sobra en esta habitación, no 

Quiero ya no amarte y enterrar este dolor 
Quiero que mi corazón te olvide 
Quiero ser como tú, quiero ser yo la fuerte 
Solo te he pedido a cambio tu sinceridad 
Quiero que el amor por fin conteste 
¿Por qué siempre soy yo la de la mala suerte?

J&J


martes, 5 de enero de 2016

Lo más doloroso fue ver como me dejaste ir, como no me paraste los pies, como ni siquiera te molestaste en detenerme. Y como dejaste de lado nuestra pequeña historia interminable.

SM.

¿Estás dispuesto?

Jamás encontrarás unos ojos como los míos,
ni una sonrisa que te paralice,
ni unos labios que te deseen,
ni unas caderas causantes de tardes entre sábanas,
ni unas manos tan verdaderas,
ni un carácter tan extrovertido.
Que no,
que por más que busques no vas a encontrar a otra que te haga temblar con tan sólo rozarte.
Que no hay 2 capaces de provocar orgasmos llenos de amor y locura como los míos.
Que no hay nadie capaz de mirarte ni de idolatrarte como yo.
Que no encontrarás a otra con un desorden mental como el mío.
Que no vas a desear a otra como me deseas a mi.
Que no es sólo cuestión de sexo,
es cuestión de adoración.
Que soy musa, callejera y famme fatale.
Y que sí,
que fue un placer desordenar tu vida.
Y ahora dime, ¿estás dispuesto a dejar que otro venga a enloquecer a mi lado?
¿A formar planes de futuro con alguien tan espontáneo como yo?
¿Estás dispuesto a dejar que otras manos rocen y gocen mis caderas?
¿Estás dispuesto a ver como pongo el mundo de otro patas arriba?
¿Quieres de verdad ver como mi risa es motivo de otros ojos?
¿Vas a permitir que otras bocas muerdan mis labios?
Y ahora dime, ¿estás dispuesto a dejarme ir?

SM.

Cuando sepas de mi

lunes, 4 de enero de 2016

Cuando sepas de mi

Cuando sepas de mi tú disimula.
No les cuentes que me conociste,
que estuvimos juntos.
No les expliques lo que yo fui para ti,
ni lo que habríamos sido de no ser por los dos.
Primero, porque jamás te creerían.
Pensarán que exageras,
que se te fue la mano con la medicación,
que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto,
te tomarán por loco,
se reirán de tu pena y te empujarán a seguir.
Que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.

Cuando sepas de mi,
tu calla y sonríe.
Jamás preguntes qué tal,
si me fue mal ya se ocuparán de que te llegue
y con todo lujo de detalles.
Ya verás...
Poco a poco irán naufragando restos de mi historia
contra la orilla de tu nueva vida.
Pedazos de recuerdos encontrados en la única playa del mundo,
sobre la que ya nunca más saldrá el Sol.
Y si me fue bien...
tampoco tardarás mucho en enterarte,
no te preocupes.
Intentarán ensombrecer tu alegría hechando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas.
Y no dudarán en arrojártelo a quemarropa.
Pero de nuevo,
te vendrá todo como a destiempo,
inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría...
yo que la he tenido entre mis manos,
y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad.
Pero ellos...

A lo que iba.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mi.
Nadie puede ni debe,
hazme caso.
Sentirás el dolor de esa ecuación que creíamos resuelta,
por ser incapaz de despejarla hasta el final.
Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación.
Sentirás un ¿Qué hubiera pasado si...?
Y sobre todo,
Sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo,
incluso cuando nos separamos...
Un algo tan grande,
como el vacío que dejamos al volver a ser dos.
Un algo tan pequeño,
como el espacio que un la acaba siempre cediendo a un no.

Pero tú aguanta,
resiste,
hazte el favor,
háznoslo a los dos.
Que no se te note,
que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.

Eso sí,
cuando sepas de mi,
intenta no dar portazo a mis recuerdos.
Piensa que...
llevarán días,
meses,
o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí.
Abrazándose a cualquier escusa para poder pronunciarse.
A la espera de que alguien los cogiese,
los escuchase y les diese calor.
Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos,
con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue.
Son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mi.
Escritas en un idioma que ya nadie practica,
otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo,
préstales algo...
cualquier cosa.
Aún que sólo sea tu atención.

Porque si algún día sabes de mi...
eso significará muchas cosas.
La primera,
que por mucho que lo intenté,
no me pude ir tan lejos de ti como yo quería.
La segunda,
que por mucho que lo deseaste,
tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos felices.
La tercera,
que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad.
Y la cuarta,
por hacer la lista finita,
que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero.
Una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Nada de todo ésto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mi.
Nada de todo ésto debería dejarte mal.
Piensa que,
tú y yo pudimos con todo.
Piensa que todo se pudo
y todo se tuvo hasta el final.

Me basta con saber,
que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios.
Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mi.

SM.




domingo, 3 de enero de 2016

¿volverías?

Supongamos que... No hay día en que no me acuerde de ti, y cada vez que te pienso tenga que distraerme para poder parar.
Supongamo que me atrevo a decirte algo.

¿Reaccionarias?

¿Crees que merece la pena empeñar mi orgullo? ¿Empeñar la poesía?

Supongamos que... desaparece aquel mes, aquel fin de semana. Supongamos que aquello no acabó conmigo. Supongamos que quiero ir de nuevo a la estación e intentar captar una imagen mientras llega el tren... Y tú con él.

Y ahora... ahora supondré que tú aún no me has olvidado, que no has borrado ni una sola fotografía mía, ni un sólo mensaje... ni una sola carta... Que tu intención no era la de alejarme matándome poco a poco. Que aún queda esperanza, que no la hemos desperdiciado toda.

¿Marcarías mi número?

Son las cuatro de la mañana de cualquier día de enero y es tu silencio el único que me despierta al caer la noche. Es tan difícil conciliar el sueño después de habértelo regalado a ti. A veces pienso en llamarte, o escribirte para que me lo devuelvas. Echo tanto de menos a la persona que solías ser antes... antes de convertirnos en la mitad de todo, de nada.

Sin ti me sobran la mitad de mis risas, los cinco minutos de más después de apagar el despertador, una cucharada doble de azúcar en el café, media botella de butano al ducharme. Me sobra la mitad de la cama, de la almohada, del sofá. Sin ti las películas las veo enteras y eso de pedirte la toalla al salir de la ducha sólo para que me acabes mirando dos segundos más, ha dejado de ser mi estrategia para que me quitaras la toalla y acabar haciendo poesía debajo de las sábanas.

Y sin embargo, te fuiste.

Y sólo me queda suponer que a ti también te sobran las mismas mitades, que tú también echas de menos mis manos cuando tienes frío, y que Málaga es la mitad de bonita desde que ya nadie ve nuestros besos en mitad de las calles.

Sigo parándome delante de cada tienda de libros esperando que me tires del brazo entre risas y me digas 'venga, no mires, vámonos'. Sigo notando tu nombre en mi nuca cada vez que me recojo el pelo y sigo notando tus dientes en cada marca que dejaste en mi clavícula.

Ojalá decir que te grabaste en mi piel fuera sólo una metáfora más.

Ojalá decir que te llevaste mi corazón... No fuera tan real.

Lo echo de menos, ¿sabes?. Echo de menos oírlo latir al otro lado de mi pecho. Acunarlo por la noche y leerle una de mis poesías para que cogiera el sueño.

Mi amor,
léele
una
de
mis
poesías.

Que sólo la poesía sabe describir en versos.

Lo mucho que a ti...
también,
te
echo
de
menos.

SM.

¿Recuerdas?

¿Recuerdas cómo se llenó el mundo de poesía cuando hicimos el amor? Parecía que, en vez de besarte, te escribía versos en la boca.

¿Lo recuerdas? Ay, no sé si leía poemas o eran mis manos las que te leían a ti; si aquello era un crescendo encadenado de mi pecho a tus labios o si es que de repente mi vida comenzaba a rimar.
No sé, no consigo distinguir si aquello que hicimos fue el amor o darle la vuelta a los puntos finales; si fueron versos libres los que se escondieron entre tu pelo y mi vientre o eran mis dedos y tus caricias.
Y por eso yo ahora no puedo terminar los poemas; porque esa noche no fue tu mano lo que me diste, sino papel y lápiz.
Igual es que estás hecho de palabras; eso explicaría lo fácil que resulta nombrarte en todo lo que no existe. Me creería, entonces, que estés en tantas letras como musas se han escrito, y que no podamos pasar página porque no hemos terminado de escribirnos. Entendería, ahora, después de conocerte, el sentido de los silencios, porque silencio es eso que hay tras tu voz. Comprendería, por fin, mi fracaso al intentar olvidarme primero de tu nombre y después de nada más, porque no existe el después a tu olvido.
Ya sabes, hacerte el amor es como empezar una frase y terminarla.
Recuérdalo, fue como si el techo de tu habitación se llenara de pronto de nubes y, tú y yo ahí abajo, volando, tan ausentes a todo lo que no fueran nuestras alas -quiero decir, nuestras bocas-; justificándonos al margen izquierdo de tu cama, dando la vuelta a las sábanas y a nuestros cuerpos para no dejar ni un centímetro sin (des)cosernos; abriéndonos tanto que perdimos la consciencia y nos caímos uno dentro del otro -te prometo que no miento si te digo que nunca me he sentido más lleno que cuando me caí dentro de ti-.
Acuérdate de cómo el mundo, por fin, se convertía en una mentira y nosotros éramos la única verdad. De cómo nos besábamos, como si tuviéramos toda la vida para hacerlo, como si supiéramos con total certeza que el último beso sería como el final de las canciones y no llegaría jamás, como si besándonos consiguiéramos quedarnos allí, juntos -fueron tantas las ganas de comerte a besos que es imposible que este hambre se pase-.
Acuérdate de cómo vencimos al sol bailándonos, estallando todas las letras del abecedario, las ocho notas de la escala; de cómo, entre gemido y gemido, te llené la lengua de palabras en el viento; de cómo, entre gemido y gemido, me llenaste el vientre de canciones bajo la lluvia.
Acuérdate, recuérdalo, lo difícil no es olvidarte, es querer hacerlo.
Lo fácil no es recordarte, escribirte, imaginarte o soñarte.
Lo fácil son estas ganas de querer
volver a tenerte.
Por eso tienes que acordarte, y recordarlo, y no olvidarlo, y pensar que una noche fuimos tan libres
que se nos quedaron los labios salados y los ojos empañados, como si lloviera hacia arriba y se nos despeinara el pelo y cerráramos el paraguas para ahogarnos -no habrá mejor tormenta que la que sucedió en mis ojos cuando te besé por primera vez-. Como si querernos fuera como nadar en el océano: algo tan inmenso como imposible.
Por eso, acuérdate, recuérdalo. Porque recordarnos es lo único que podemos hacernos.

SM.

¿Por qué no volvemos?

¿Por qué no volvemos?
Recuérdamelo por favor...
¿Por qué no nos queremos de vuelta, de segunda mano o de ocasión?
¿Por qué?
A ver... es que había tantas razones...es que te juro que las había.
Es que hasta las llegué a apuntar en algún sitio.
Y ahora va, y no las encuentro.
Justo cuando más las necesito.
Justo cuando recuerdo todo aquello que juré olvidar.
Así que sino te es mucha molestia,
recuérdame por qué no nos dejamos de hostias.
O por qué me las sigo dando yo.
¿Por qué no volvemos?
¿Por qué me despierto y lo primero que hago es ver tus fotos?
Pero si las metí en el fondo del cajón,
ese que ya ni abro.
El de las cosas perdidas a posta.
El de los recuerdos que son demasiado grandes para llevarlos encima.
Malditas fotografías.
Instantáneas con retraso de lo que pudo ser y no fue.
¿Por qué las escondí allí?
Si se me agarran a la retina día sí, y día también.
¿Por qué hago ver que no las veo, sino me hace falta ni mirarlas?
Si ya me las sé.
¿Por qué no volvemos?
¿Por qué no dejo de seguir tus pasos?
¿Por qué entro de puntillas en las redes sociales,
como quien entra a por algo que se dejó?
¿Por qué analizo tus fotos,
tus gestos,
tus lugares,
tus palabras?
¿Por qué veo en cada nuevo amigo o contacto tuyo,
un potencial enemigo?
Por qué me da miedo que me olvides con ellos.
Que me entierres.
Porque busco señales que al fin y al cabo tú ya no emites.
¿Por qué?
¿Por qué no volvemos?
¿Por qué no he sido capaz de volver a pasearme por las calles malditas por las que solíamos pasar las tardes?
¿Por qué les acabo pidiendo a todos que no me hablen de ti?
¿Por qué he acabado tan rota?
¿Por qué intento buscar por la oscuridad de la noche una risa como la tuya?
¿Por qué lo comparo todo siempre contigo?
¿Por qué no volvemos?
¿Por qué sigo mirando al móvil cada 2 horas, para símplemente ver si estás en linea?
¿Por qué empiezo siempre a escribir el mismo mensaje,
con un ¿Por qué no volvemos?,
uno que sigue explicándote lo mucho que te echo de menos,
y por qué;
cuando acabo el mensaje perfecto,
le doy siempre al borrado completo en vez del al enviar?
¿Por qué joder... por qué no volvemos?
Dímelo de verdad.
Tan sólo rcuérdamelo una vez más.
Un último esfuerzo,
hazlo por favor.
Por los viejos tiempos,
por lo nuestro.
Por éste mal sabor de boca después de algo tan dulce.
Por lo que fui en tu vida,
por lo que sea.
Por esa chica a la que conociste hace ya casi 4 años.
He cambiado.
Que ahora sí que sí.
Ya entiendo por qué no funcionó lo nuestro.
¿Por qué no volver a intentarlo?
Una vez más...
Quiero volverme a atar a ti, quiero volverte a tener.
Todo esto es un querer y no poder.
¿Por qué, cielo... por qué no volvemos?

SM.

sábado, 2 de enero de 2016

La marca no se borra

Y yo que te regañaba y te decía que no me mordieras, que me dejabas marca.
Y hoy tu boca ya no me roza... Y la marca no se borra.
Tú que tienes esa habilidad de alterar mi corazón sin ni siquiera tocarme.
Y sí, me he arruinado la vida perdiendote.
Y dices que quizás ya sea tarde... ¿Pero qué coño va a ser tarde si aún nos queremos con todas nuestras putas fuerzas?
¿Tanto te cuesta perder el orgullo por una vez, y decirme que me quieres y que me echas de menos?

SM.

Y aquí estoy, deambulando por las orillas de mi cama

¿Tan marcadas tengo las ojeras?
¿Tan desaliñada voy?
¿Tan falta de vida estoy
que cualquiera que me ve me mira con lástima?
Llevo 24h sin salir de mi cama,
sin abrir las persianas de mi habitación,
sin poder dejar de brotar lágrimas de mi ojos.
Mi familia no se atreve a abrir la puerta de mi habitación,
y se limitan a dejar platos de comida en mi escritorio.
                                                           [Los que ni siquiera me molesto en tocar]
Voy deambulando por las orillas de mi cama
recordando como solías coger sitio en mi colchón,
aún puedo oír tus carcajadas.
Si cierro los ojos puedo ver tu sonrisa,
puedo contemplar tu cuerpo,
puedo aspirar tu aroma.
Tengo los ojos hinchados,
y no me importa ya que la gente se me quede mirando por ello.
No sé cuánto tiempo más voy a seguir así,
sólo pido tregua.
Ya no me queda ni un sólo motivo por el cual seguir luchando y hacer el esfuerzo de levantarme de la cama.
He perdido el último rayo de fe que me quedaba,
y eso que no soy chica de creencias.
En lo único en lo que realmente creía era en nosotros,
y mira ahora,
tampoco existimos.
Me he convertido en tu recuerdo quizás más doloroso,
o en tu amor más puro.
Pero sólo soy eso,
un mísero y débil recuerdo.
A pesar de mi ateísmo,
por ti,
por nosotros,
he dedicado 2 meses de mi corta y dolorosa vida en rezarle a la nada,
simplemente para poder aferrarme a algo con tal de que vuelvas.
Aún puedo recordar cómo brotaban las lágrimas de tus ojos.
                                                                                  [Y te aseguro que me quema cada vez que lo recuerdo]
Puedo asegurarte que ya nadie cree en mi,
ni en mis dolores.
Supongo que los míos temen que vuelva a brotar mi lado oscuro,
pero lo que no saben es que ya no queda nada en mi.
Que tú te lo llevaste todo.
Te prometo que cada lágrima que ahora mismo recorre mi mejilla es de amor verdadero.
Y sólo deseo tu regreso.
Despertar y que me digas
"Cielo, me equivoqué, ¿empezamos de cero?"
Qué pena de mi y de mis ridículos pensamientos.
A ver corazón, deja ya de latir,
¿no ves que ya no va a volver?
¿Que ya no te pertenece?
Y dime corazón, dime por favor que tú tienes las mismas ganas de apagarte que yo.
Que cuando a él le decía que sin él me moría que iba en serio.
Que me estoy apagando.
Y sólo espero,
que con el tiempo,
corazón,
dejes de latir.
Dejes de doler.

SM.                      

Consejos de mamá

Creo que por un momento voy a seguir el consejo que me ha dado mi madre.
-Dale sólo 3 días cariño. Espera 3 días, sin llamarle, sin mensajes, sin nada. Y así verás si vuelve o no.-
-¿Y qué pasa si no puedo aguantar 3 días mamá? -
-Ese es el motivo, siempre vuelves a él, vuelves corriendo a sus brazos. Y él sabe perfectamente que vas a volver, que no podrás resistirte, que acabarás de nuevo entre sus brazos.
Así que en vez de eso, dale 3 días para que se de cuenta de una vez que ésto es en serio, que ya no puedes seguir así. Y así a lo mejor se dará cuenta de que te está perdiendo.-
-¿Y qué cojones hago sino vuelve?-
-Cielo, sino vuelve te darás cuenta de que no le importas, ¿de qué serviría luchar por alguien que ni siquiera se molesta en volver?-

SM.

Me acordé de ti

Hace un par de días, como me es costumbre, me acordé de ti. Me acordé de ti con todo lo que eso conlleva, todo ese torbellino de recuerdos, tanto buenos como malos; aunque como nos pasa a todos, los buenos eran mucho más claros y reales.

Me parece increíble la facilidad con la que algunas personas entran en tu vida con pasos absurdamente fuertes y armando más ruido y jaleo del que te hubiese gustado, rompiendo todos los esquemas que algún día llegaste a tener, desordenándote por completo y creando un caos infinito que acaba por convertirse en tu droga personal.

A mi me gusta llamarlos amores destructivos. Esos que te marcan tan fuerte que, tras el paso del tiempo, seguirás notando el ardor de la herida en tu piel.

Un continuo amor-odio.

Con estos amores aprendes. Con él aprendiste lo que era querer a alguien hasta el punto de sentir que el resto del mundo se atenuaba hasta desaparecer, aprendiste lo que era querer tanto que dolía. Él te enseñó que no hace falta cerrar los ojos para soñar, te enseñó a ver la vida de otro color, a ver las piscinas llenas y a saltar al vacío en cada precipicio. Con él aprendiste lo que era el dolor, el dolor de que te arranquen una parte de ti, el dolor de ahogarte sin su presencia.

Aprendiste la diferencia entre ver pasar los minutos, las horas, los días, y perder la noción del tiempo, vivir en un infinito donde sólo importaban sus caricias. Que uno más uno pueden ser diez y que hay manos que encajan perfectamente. Que él era la pieza central de tu puzzle y que sin ella estabas perdida y ninguna ya encajaba, que había batallas, heridas y cicatrices que merecían la pena.

Aprendiste lo que era pelearse, discutir a gritos, lloros y huidas, aprendiste que, a veces, los puñetazos a las farolas, los gritos entre lloros y el “no puedo más contigo”, podía significar mucho más que un “te quiero”.

Él te enseñó a subir hasta las nubes para después dejarte caer porque sabías que estaría ahí abajo, contigo, te enseñó lo que significaba aquello de estar enamorado.

Pero el problema viene cuando la destrucción ya no te deja respirar. Porque cuando le conociste, ambos sabíais como iba a terminar, porque querer tanto puede ser demasiado peligroso, porque aunque la felicidad es diez veces mayor, el golpe suele ser 15 veces más fuerte.

Sabíamos perfectamente como acabaría esto, que las heridas se irían sumando hasta el punto en el que ningún beso, ninguna caricia sería capaz de curarlas, que el dolor sobrepasaría las ganas de luchar y la ilusión. Que tras cada calada, verías el cigarro consumirse cada vez más rápido, y esta vez, sabías que será el último.

Porque al final, el amor siempre resiste mucho más de lo que dura y nos aferramos al miedo de dejarnos ir. Porque todo lo que arreglamos con besos, lo rompimos con palabras, y ya sólo nos entendíamos con las luces apagadas.

Él te enseñó a querer, pero no a olvidar, y tú pensabas que eso era parte del proceso, que el tiempo lo curaba todo, y, a ser posible, rápido. Ha pasado el tiempo y ves lo equivocada que estabas, porque sigues tropezando con los pedazos de lo que un día él rompió, porque él te enseñó a vivir, a querer, a que te temblasen las piernas al acercarte, pero a un precio demasiado alto, un precio que no estás dispuesta a pagar ahora con nadie más, y ahora crees que ese sentimiento viene acompañado de aquel dolor.

Por eso, cuando alguien se acerca, cuando alguien pretende entrar en tu vida, decides que es mejor alejarse, sin pensar que a veces es peor el remedio que la enfermedad. Es un quiero pero no puedo, porque te llena la sensación de que nadie podrá hacerte sentir algo igual, la idea de querer a alguien con tanta fuerza como le quisiste a él te resulta demasiado ridícula, porque solo quedan los restos de un tal vez que no ha cicatrizado.

¿Pero cómo quieres que deje de ser ridículo si luchas contra toda persona que intenta quererte, abrirse paso?. Porque has decidido montar tu propio puzzle en el desastre, donde vas poniendo y quitando piezas al azar, que encajan o no, pero sin orden ni sentido, porque has decidido empezar la casa por el tejado para poder ir tirándola abajo cada vez que se tambalea.

SM.

viernes, 1 de enero de 2016

Balas

¿De qué me sirve tener un corazón a prueba de balas,
si lo que me mata es tu boca?
A lo mejor es que yo soy masoca
y necesito de tus arañazos para creer que he recuperado una de mis siete vidas.
¿Cómo puedo ser tan imbécil de depender de tus ronroneos a media luz?
Si sé que en cuanto se te ponga la Luna en frente,
vas a brindarle la oportunidad de lamerle hasta la locura.
Pero que no se me olvide,
que no se me olvide que soy mía antes que de nadie.
Que llevo la falda con la que se torea.
Que soy fuerte,
y que ser valiente no significa no llorar.
Que no se me olvide qué es reír,
que no se me olvide sentir,
caer,
tropezar,
cicatrizar.
Que no se me olvide cómo era antes de ti.
Porque también tengo una bala en la recámara esperando ser disparada,
para luego perderse.
Me da igual ser una bala perdida,
desde que he encontrado en tu ombligo el epicentro de la Tierra.
Ahora que sé que soy capaz de reventar un terremoto si se cuela entre tus piernas.
Tengo una pistola vacía que juega a matar gente,
yo la llamo cordura,
y es capaz de llevarte a la décima altura,
para luego soltarte.
Aparte,
tengo diecinueve motivos por los cuales debería salir corriendo.
Porque correrte ya sé que hace quinientas noches que lo haces en otras camas.
Tengo muchas historias entre manos,
y no sé que tramas.
Pero tú ya no formas parte de ninguna.
No me hagas agarrarme a tus pupilas,
¿no ves que ahora miro suelo?
Miro al suelo porque te dejé el mundo a tus pies,
y tú seguiste bailando como si nada.
Miro al suelo porque veo tus pies moverse al compás de tus latidos,
porque estás pisando mi corazón,
y tú sigues bailando como si nada.
Mira,
mejor vamos a hacer como que no nos hemos conocido.
Como si hubiéramos vendido a un programa de prensa rosa un romance inventado.
Y cuando trates de empezar de cero,
llegará alguien que te hará volar sin alas.
Te partirás la boca por quitarle más las lágrimas que las bragas.
Y te darás cuenta de que no sirve de nada un corazón a prueba de balas
si lo que buscas
es
que te mate
su
boca.
No... por favor...
decidle que vuelva...
Que viene el invierno y el frío,
que quiero recuperar lo que fue mío.
No me imagino un otoño sin deshojar sus párpados,
sin ser los hijos vástagos de una generación que no creía en el amor.
No me imagino vivir sin hacer manifestaciones en su cadera
para denunciar lo desacuerdo que estoy con el mundo.
Sin decidir si salgo a flote o me hundo entre sus piernas cada noche.
Sin apuntarme al derroche de saliva,
a sus idas y venidas,
a ser su salvavidas en cada derrumbe.
Por favor, decidle que vuelva.
A quererme,
a dispararme.

Loreto Sesma. 
















PD: Decidle que vuelva a apostar por mi, por nuestra historia.
Que no me imagino una vida sin su sonrisa pícara, 
ni sus cosquillas en los laterales de la espalda.
Decidle por favor que vuelva,
que aquí dentro sigue estando oscuro, 
sigue haciendo frío.
SM.


Va a ser mi año

Juro que éste año va a ser mi año. Que no importa lo mal que lo empiece, lo único que importa es como acabe.
Prometo también cumplir todos mis propósitos, que no son muchos, pero son imprescindibles.
Prometo valorarme y respetarse. Y pensar por mí. Empezaré a ser un poco más egoísta.
Prometo no volver a enamorarme y ésta vez ser yo quien juegue.
Prometo un año mágico e increíble, y muchos sueños que cumplir.
Por un 2016 lleno de esperanza.

SM.