Seguidores

miércoles, 27 de abril de 2016

Cuidado bonita

Ten cuidado, eh, bonita.
No vaya a ser que un día cualquiera,
se le rompa un botón de la camisa
y se acuerde de tu risa,
y de tu prisa,
y de tu brisa,
también.
No vaya a ser que te llame,
una de esas noches silenciosas,
y te suelte algo
medianamente poético;
como que sus ojos tristes
necesitan un poco de tu luz.
No vaya a ser que se te ponga de rodillas,
una tarde de cafetería,
y te pida perdón,
así,
con esos ojitos.
Y empieces a recordar momentos,
y noches,
y tardes.
No vaya a ser que vea como te brillan los ojos
y se crea por un segundo,
que te está afectando en algo.

No se trata de que no te vean,
sino de ser vista.
No corras,
que correr
nunca le ha funcionado a nadie.
Aléjate.
Aléjate lentamente.
Tócate.
Tócate el pelo también.
Píntate los labios y, no sé.
Ponte algo sexy y súbete a unos tacones.
Puede que no fumes, pero joder,
enciéndete uno.
Dedícate tu canción favorita,
o no sé,
alguna que se le parezca.
Píntate las uñas,
empieza a leer un libro
o mejor, escribe uno.
Mándale al cielo todos los mordiscos
que te mueres por contar.
Llama a tus amigas
y cuéntales lo mucho que le odias,
pero lo mucho que has necesitado
que hiciera todo lo que ha hecho.
Dile a tu madre que la quieres.
Tía, haz crepes y pídele a un colega un masaje,
no falla.
Sal de fiesta y regala besos.
Bebe tranquila y sonríe a la gente.
Duerme en la playa,
báñate desnuda.
Dibújale líneas a los sentimientos,
y no sé,
quema por fin esa foto que te ralla.
Baila por tu casa en ropa interior.
Róbale el corazón a algún loco.
Ponte Extremoduro y salta de la cama.
Llora un rato y sonríele luego al espejo.
Perdónate los pecados y mira a las nubes.
Apaga el móvil y sal por ahí.
Enciende velas,
juega con tu sombra.
Pasea por la playa y siente todo fuerte.
Céntrate en ti
y en todo lo que quieres.
Ahora empiezas a vivir,
y ahora es el momento
en el que te quieres con locura.
Así que por muchos ojitos que te ponga,
por muchas palabras bonitas
que puedan salir de su boca,
y por mucho "él" que creas que sea...
Tú también tienes una "ella"
que está deseando,
completamente,
que la dejes salir.

PD: te juro que hay muchos "él" por el mundo, de verdad que sí.

SM.

domingo, 17 de abril de 2016

Ilusos

Muchos dicen que esto de querernos tanto,
no debe ser bueno.
Que qué va a ser de mis labios el día que no puedan besarte.
Que cómo voy a levantar cabeza si algún día me faltas.
Y qué razón tienen...
Y cuánto daño hace no imaginarte en mi vida.
Tú fuiste capaz de enseñarme a volar aún cuando se me resquebrajaban las alas.
Jamás tuviste miedo,
siempre sonreías.
Y yo me enamoré de esa jodida sonrisa.
Muchos hablan,
gritan,
hasta incluso se alborotan.
Pero ninguno entiende.
Ninguno ha tenido la suerte de encajar sus manos con las tuyas.
Es tarde,
hace frío.
Y no te tengo aquí,
¿debería preocuparme?
¿O simplemente me dejo llevar?
Llévame,
a todos esos lugares que nos prometimos.
Que son muchos,
pero tenemos tiempo,
no tengo prisa.
Las callejuelas de París esperan ansiosas nuestra llegada,
porque están faltas de locura,
y de eso,
yo tengo bastante.
Hoy no es mi día,
y quizás sea porque todavía no me has dicho lo guapa que estoy hoy.
Tampoco te has quedado mirando desde el marco de la puerta
mientras me maquillo rápido 
y con prisas,
porque siempre llego tarde.
Y tú,
siempre te quejas.
Estoy cansada,
se me cierran los párpados,
y todo por tu culpa.
Hoy no he podido naufragar por tus pupilas.
Algunos me llaman masoca,
otros me tachan de rebelde.
Y todo por necesitarte constantemente en mi vida.
Por necesitar estar anclada a tus caderas
aún cuando tu miras las de otras.
Boom,
me acaban de disparar los recuerdos,
y ésta vez me han agujereado el pecho.
Putas balas,
putos recuerdos.
Estoy sangrando,
palabras,
lágrimas,
dolor.
Dices que debo pasar página,
que releer viejos capítulos nunca es bueno.
Pero dejaste la página muy doblada
y cada vez que abro el libro 
se me abren las cicatrices de tus puñaladas.
Duelen,
siguen doliendo.
Y me estoy desangrando
y tú aún no has llegado.
Muchos hablan de que tú y yo no debemos ni acercarnos,
y qué ilusos,
ellos que piensan que voy a dejar que te vayas.

SM.

lunes, 4 de abril de 2016

Andas diciendo
que no tengo el tiempo suficiente de intentarlo,
y mantenerte satisfecho.
Me paso el día diciéndote que estás completamente loco,
mientras tú andas diciendo que soy una chica extremádamente difícil,
e intentas arreglar las cosas diciendo que hoy estoy más guapa que ayer.
Te quejas de escuchar todos los días las mismas historias.
Y acabo ahogándome,
entre lágrimas.
Y no se por qué,
Desearía poder romper corazones de la misma forma en la que tú lo haces.
Sólo para poder saborear la victoria por una vez,
y poder notar recorrer la adrenalina por mis venas.
Enséñame a ser cínica,
supongo que no es tan difícil.
Ni se te ocurra decirme que soy incapaz,
porque fui yo quien te enseñó a rozar las estrellas.
Quiero gritar de la misma manera que tú.
Quiero sangrar de la misma manera que tú.
Y vuelvo a ahogarme,
entre lágrimas.
Y ésta vez eres tú quien no sabe por qué.
De ésta forma sólo eres capaz de decirme que no me entiendes.
Hay algo que nunca serás capaz de entender,
como una mujer es capaz de amar con los ojos cerrados.
Sin prejuicios,
sólo amor.
Con gran confianza,
esa que ya no te queda.
Corre, ven y mírame.
Y dime que estás dispuesto a verme salir corriendo una vez más.
Que soy una miedica,
por no poder mirarte a los ojos mientras lloro.
Corre y menciona cada uno de mis defectos.
Grítalos.
Ya no me asustan.
Vivo anclada a las ruinas de nuestro amor,
mientras sigo intentando reconstruirlo.
Y no lo ves.
Y no me ves.
Y yo sigo luchando,
y tu me sigues destrozando.

SM.




viernes, 1 de abril de 2016

A fuego lento

Dejé que mis manos recorrieran cada una de las facciones de tu cara.
Por si alguna vez decides irte,
no poder olvidarte jamás.
Me conduje por cada una de las curvas de tu clavícula
y me precipité entre tus piernas.
Y ésta vez no me salvaste...

Te susurré mis miedos más grandes,
mientras contemplabas mis labios,
y decidiste acurrucarme entre tus brazos.

Calmaste mi ira cuando las cosas se torcían,
y fuiste testigo de mis lágrimas más sinceras.
Tuve miedo.
Tengo miedo.

Me dejaste cruzar la puerta,
y no te asustó la idea de verme salir corriendo.
Y dolía,
y joder... sigue doliendo.

Aposté por ti
aún cuando todos me pedían que te olvidara.
Me sentí sola,
aunque eso a veces es mejor que estar mal acompañada.

Me dejaste caer,
me tiraste al suelo.
Y tardaste mucho tiempo en recomponer todas mis piezas rotas.

Te di mi alma,
a fuego lento.
Sin miedo.
Porque contigo eso desaparece.

Me enamoré,
perdidamente
y cada día lo estoy aún más.
Esa es la razón por la cual me duele no verte detrás cada vez que mi ego amenaza con irse.

Y es que antes no eras capaz de dejarme dar ni 2 pasos.

Y hoy eres tú quien me abre la puerta.

Pero...
por si un día decides dejarme...
no
te
olvides
de
mi.

Porque yo te seguiré dibujando en las constelaciones de mis sábanas.
Rezando por que vuelvas a aparecer una vez más.

SM.