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domingo, 20 de marzo de 2016

El sueño de una noche de verano

Y por ahí va mi chica vendaval.
Rota,
a veces incluso tanto que corta.
Pero ella sonríe.
Es valiente aunque de vez en cuando se esconde,
la temen,
porque sus ojos ya no brillan,
simplemente
miran.
Tiene un carácter que destruye,
que enamora,
engancha
y cuando le conviene...
te deja ahí.
Siempre fue una loca,
pero esa locura te hace estremecer.
Duerme de día,
y escribe poemas de noche.
Es musa,
se ancla en caderas de hombres,
para luego quemarlos.
Tiene miedo,
miedo al amor.
Y dime...
¿Quién tuvo la suerte de romperte?
De resquebrajar cada uno de los componentes de tus noches en vela.
Que sale a la calle,
se emborracha,
se enamora,
y se despierta en la cama de otro que... pobre chico ingenuo...
No sabe que después de saborear sus labios viene la tormenta.
Todos se quedan mirando la sensualidad de sus piernas,
el rojo de sus labios,
el negro que tiñe su alma.
Que está sola, y nadie la puede acompañar.
Porque su frialdad arde...
y mata.
Sus tatuajes reflejan la hipocresía de sus talones,
de esos tacones desgastados.
De sus borracheras.
Y lo peor es que ella no es capaz de mirarse al espejo.
Escucha música de fondo,
por el simple hecho de no tener que escuchar las plegarias de ninguno más.
Es un ángel,
un ángel negro.
Es la reina de las pistas de baile,
todos la miran,
todos la critican,
la juzgan.
Pero todos desean ser como ella.
Una chica medicina,
que por mucho que corte,
es capaz de hacerte olvidar cada uno de tus problemas
con tan sólo mirarte.
Procura no cruzarte por su camino...
porque no querrás volver a saber de otra.
Querrás ser quien tiña sus noches de colores,
quien despierte cada mañana a su lado,
querrás ser quien le haga feliz.
Pero recuerda,
que tan sólo es el diablo que te mira con ojos de niña.
Es la peor de tus pesadillas.
Es el sueño de cualquier noche de verano.

SM.

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