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miércoles, 11 de febrero de 2015

Llámame niña

Sé que no es fácil entenderme,
sé que construyo castillos en el aire,
sé que a veces dan ganas de matarme.
Sé que muchas veces resulto insoportable,
que vivo en mis cuentos y no hay quien me saque,
que me pongo a hablar y no hay quien me calle.
Sé que de un segundo a otro cambio de opinión,
que en mis sentimientos no me aclaro ni yo,
que no digo nada que no haya dicho ya.
Sé que me ahogo en un vaso de agua,
que me aferro a lo que me invento
para no tener que mirar a la cara a la realidad,
para no tener que enfrentarme a la vida.
Pero ¿cómo no quieres que crea en la magia si la veo,
la siento y la llevo muy dentro desde hace tanto tiempo...?
Cuando miras hacia arriba y sientes como el cielo roza tu nariz,
cuando irrumpe en tu piel el sol para darte calor,
cuando te hace llorar con una canción,
cuando tienes cinco sonrisas tan bonitas a tu alrededor,
cuando ríes tanto que se te acelera el corazón,
cuando la intensidad llama a la puerta de tu habitación,
cuando encuentras algo que ni siquiera recordabas haber perdido.
Pero ¿cómo...?
Y si no le llamas magia, ¿cómo explicase el color del cielo en un atardecer?
Y si no le llamas magia, explícame como nacen las carcajadas.
Y si no le llamas magia, dime cómo se llama esto que se crea juntando palabras.
Sé que es difícil entenderme,
pero no pienso dejar que nadie tire mis castillos en el aire.
Si creer en hadas significa no crecer, llámame niña...

SM

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