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martes, 29 de septiembre de 2015

Vivía anclada siendo tormenta

Estaba cansada de esa constante caída libre,
de ese trayecto de idas y venidas;
estaba cansada de sí misma.

De caer
y tropezar con la misma piedra,
de sentirse sola
y
completamente
apagada.

Necesitaba tocar cielo,
y no era capaz de mantener los pies en la tierra.
Quería desaparecer
y deshacerse
de
sus
continuas
cicatrices.

Vivía anclada,
siendo tormenta.
Y su único y verdadero deseo era volar.

Nadie la entendía,
sus pensamientos eran continuas cenizas,
y sus lágrimas broches de cristal.

Necesitaba ayuda,
y nadie era lo suficientemente realista para darse cuenta.

Quería vivir
lejos,
sin pensar en una muerte constante.

SM.

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