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miércoles, 1 de junio de 2016

18:25

Era un lunes,
pero no un lunes cualquiera.
Y eran las 18:25.
E iba andando por la calle
y se me caían las lágrimas de los acantilados de mis ojos.
Y el...
Él me paró y me dijo:
para estar tan rota, sonríes muy bonito.
 

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