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lunes, 2 de noviembre de 2015

Crónicas de un lado oscuro

El médico se sentó a su lado y le dijo:
-Has estado al borde, al borde de la muerte.
Ella sonrió, pero con una de esas sonrisas apagadas y con la mirada perdida.
-¿Por qué no me has dejado morir?-Preguntó con recelo.
El médico sorprendido por la frialdad de sus palabras le contestó:
-Porque es mi trabajo.
Ella cerró los ojos, suspiró y rompió a llorar.
Pensó en todos esos momentos en los que siempre había deseado su ausencia, en todas esas sonrisas falsas que se dibujaba en la cara cada mañana, pensó en el amor de su vida y en cómo una mañana ya no estaba. Pensó en su mísera vida y en cómo hubiese deseado desconectar las máquinas.

SM.

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