Te dejo un trozo de huesos,
con el que lloro cada vez que lo leo
porque me siento demasiado identificada.
Te dejo eclipse,
lo llaman amor al rap.
Te dejo amar a Marilyn y a su falda ajustada.
Te dejo conocerme,
conocerte,
conocernos.
Te dejo problemas,
vida,
sonrisas.
Algo con lo que desahogarte.
Te dejo desastres,
vértigo,
lecciones.
Es más o menos cómo se encuentra mi vida
en éste preciso momento.
Porque pasar página es cerrar libro,
y nadie me ha dado instrucciones para empezar calendario.
Soy,
aunque a veces no esté
y eso te lo debo.
Te debo.
Te debemos.
Te dejo.
Te dejamos
naufragare por ésta fantasía
a la que llaman poesía.
Te espero en la 338.
SM.
He abierto el libro, y varios meses después me he vuelto a encontrar con el pasado.
Que estoy en tal punto, que sin ni siquiera preguntarme me dicen:
- Toma, tú lo necesitas leer más que yo.
Y joder... ¿tan transparente soy?
Pero agradezco el intento de ayuda, agradezco que me quieran salvar.
Porque yo sola, no puedo.
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