Me pidieron describir a alguien que pusiera mi mundo patas arriba,
y yo les hablé de ti, SM.
Nunca antes había conocido a una Famme Fatale,
una capaz de poner todos mis esquemas abajo con tan sólo pasar por mi lado.
Entras por la puerta y obtienes todas y cada una de las miradas de la habitación,
eres puro terror,
pero de ese terror que da gusto sentir,
ese que te pone los pelos de punta y te hace estremecer.
Eres capaz de derribar los cimientos de cualquier muralla con tan sólo pasearte por sus alrededores.
Tus movimientos de caderas son pura sensualidad,
y no le deseo a nadie el hechizo que desprenden tus ojos.
Porque una vez que los miras, no hay vuelta atrás.
Eres el mismísimo diablo,
pero todos desearían bajar al infierno por pasar 5 minutos a tu lado.
Eres fría,
mi reina de hielo.
Pero tu piel quema.
Apostaría mi vida que cualquier hombre desearía perderse en ella y dejarse quemar.
Estás realmente rota,
y no dejas que nadie te arregle.
Eres fruto de creación divina,
nadie se compara contigo.
Eres capaz de hacerme temblar con tan solo mirarme,
y eso da mucho miedo.
¿Quién te ha roto el corazón en tantos trozos?
Esa pregunta se la hace todo el mundo.
Eres pasión, vicio.
Tu maldad es un alivio y todos desean poder rozarte tan sólo una vez,
para poder disfrutar de la fruta prohibida.
Eres musa de poetas aún siendo la mejor de todas.
Eres la perfección humana.
Anónimo.
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