Seguidores

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Cosas de Amor y Locura

Cuentan que hace muchísimos años, se reunieron algunos sentimientos y algunas cualidades del ser humano.
Cuando el Aburrimiento bostezó por tercera vez, la Locura propuso:
-¡Vamos a jugar al escondite!
La Intriga se levantó extrañada, y la Curiosidad, sin poder contenerse preguntó:
-¿Al escondite, y eso cómo es?
-Es un juego en el que me tapo los ojos y empiezo a contar del uno al cien mientras vosotros os escondeis. Cuando termine de contar os buscaré hasta que os encuentre.- Explicó la Locura.
El Entusiasmo bailó contento y la Alegría dio tantos saltos que terminó de convencer a la Duda e incluso a la Indiferencia, a la que nunca le interesaba nada.
Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué, si siempre la encontraban? La Soberbia pensó que era un juego muy tonto, pero lo que en realidad le molestaba era ver que la idea no había salido de ella. Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
La Locura empezó rápidamente a contar.
La primera en esconderse fue la Pereza que, como siempre, se dejó caer en la primera piedra que encontró.
La Envidia se fue detrás del Triunfo, quien con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad casi no pudo esconderse, puesto que cada sitiole parecía maravilloso para cada uno de sus amigos, y se los cedía.
Por fin, después de pensar primero en todos, terminó escondiéndose en un rayito de sol.
El Egoísmo en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, sólo para él.
La Mentira se escondió detrás de un arcoiris, y la Pasión y el Deseo, entre unos volcanes.
Cuando la Locura ya casi terminó de contar, el Amor aún no había encontrado un sitio para esconderse, ya que todo estaba ocupado. Hasta que al final encontró un rosal y decidió esconderse entre sus flores.
-¡Cien!- dijo la Locura, y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue la Pereza, que estaba sólo a tres pasos.
A la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la Envidia, y claro, también al Triunfo.
Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, pues él solito salió de su escondite, que por cierto resultó ser un nido de avispas.
La Locura, de tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago, descubrió a la Belleza.
Encontrar a la Duda fue mucho más fácil, ya que la encontró sentada pensando dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos.
Pero sólo el amor no aparecía por ningún lado.
Entonces, buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo, en las cimas de las montañas, y justo cuando estaba a punto de darse por vencida, vio el rosal. 
Cogió una pequeña vara y comenzó a mover fuertemente las ramas.
De pronto, escuchó un doloroso grito, ya que las espinas se habían clavado en los ojos del Amor.
La Locura no sabía que hacer para disculparse, así que lloró, rogó, pidió perdón, y hasta prometió acompañarlo para siempre.
Desde entonces, se dice que el Amor es ciego, y va guiado siempre por la Locura.

SM.

No hay comentarios:

Publicar un comentario